EL NUEVO «RAYO» DE VALLECAS
Luego de algunas semanas de culminada la copa del mundo en Rusia se ha intensificado el movimiento en el mercado internacional de futbolistas y siempre nuestros ojos están puestos en los jugadores peruanos, con la aspiración de que su presencia en la principal vitrina les permita crecer y se vayan integrando a ligas cada vez más importantes. Y ha sido la llegada del «rayo» Luis Advíncula, lateral derecho de Perú en eliminatorias y en el mundial, al Rayo Vallecano de retorno en la primera española, el fichaje más resonante de este periodo previo al inicio de la temporada 2018-2019.
Se esperaba un salto importante para Carrillo, por ejemplo, el peruano más destacado en Rusia; pero que optó -y es respetable – por privilegiar lo económico enrolándose en el fútbol saudí. Después, el único que persiste dentro de las ligas más importantes de Europa con increíble vigencia es Claudio Pizarro, que ha vuelto al Werder Bremen a sus casi 40 años.
Es lamentable que, más allá de la eliminación en primera ronda del mundial y no obstante la buena impresión que la blanquirroja dejó en sus tres partidos, no haya habido grandes novedades para los integrantes de nuestro plantel, con la mencionada excepción de Advíncula.
Es cierto que el cuadro de Vallecas es de esos equipos «ascensor» que va y viene entre la primera y la segunda división, y es que, de hecho, ha tenido en toda su historia, solo 18 presencias en la división de honor y muchas más en la de ascenso, pero también es verdad que cada retorno marca el inicio de una nueva ilusión de permanecer más tiempo allí. Y de esa ilusión tiene que hacer eco Advíncula.
Para el lateral derecho de la selección peruana de fútbol -de los jugadores más veloces del mundo- es un salto cualitativo que se ha ganado a punta de empeño y buenos rendimientos en sus clubes anteriores y con la selección.
Que sea para él, la ocasión de seguir creciendo y afrontando retos más exigentes y la oportunidad de que más jugadores locales emigren a mercados mejor cotizados. Lucho ha llegado, ahora tiene que permanecer y seguir creciendo. Y nosotros desde aquí tenemos más motivos para seguir fieles a nuestra franja roja cruzada el pecho. Alas y buen viento, Lucho. Eres el «rayo», y ahora en Perú todos también lo somos.
Por: Eddie Fleischman