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BENFICA VS PORTO: UNA INTENSA RIVALIDAD

Cuando el Benfica se enfrentó al Bayern Munich en la UEFA Champions League en setiembre, se escuchó un silbido fuerte y casi ensordecedor de unos 60,000 fanáticos cuando el tablero de ingreso de suplentes se mostró en el minuto 79.

El número 11 de James Rodríguez se mostró y, a medida que el volante colombiano de Bayern se alejaba lentamente del campo, los abucheos se volvieron aún más feroces.

James decidió responderles con cinco dedos a la multitud de Lisboa. Eso llevó al central de Benfica y al capitán, Jardel, a correr hacia él. Tuvo que ser detenido para evitar un enfrentamiento cara a cara, mientras que el entrenador del Benfica, Rui Vitoria, protestó ante el homólogo del Bayern, Niko Kovac, por el incidente.

Más tarde esa noche, en la zona mixta, Rodríguez explicó que el gesto había sido una referencia a la goleada por 5-0 del FC Porto sobre el Benfica en el 2010. «No creo que sea un gran problema», dijo. «¿A sus fanáticos no les gustó? Que pena. Soy un ‘Portista’ (hincha del Porto) y odian a Porto aquí. Tampoco me gustó que me abuchearan, pero eso es normal».

James tuvo un gran éxito con Porto, ganando ocho trofeos en solo tres temporadas con el club entre 2010 y 2013.

Probablemente aprendió durante ese tiempo que la rivalidad Benfica-Porto va más allá del fútbol. Es un partido que divide a una nación entera como pocos otros lo hacen.

Es el sur más relajado, poderoso y más rico que enfrenta al norte industrial y trabajador. La capital, Lisboa, contra la segunda ciudad más grande del país. Las «alfacinhas» (lechugas pequeñas) frente a los «tripeiros» (come tripas). Una historia de dos regiones que compiten entre sí en aparentemente todas las áreas de la vida pública.

«En Porto, trabajan. En Lisboa, gastan el dinero», dice un famoso dicho en Portugal.

Una vez más, Benfica y Porto llevarán estas diferencias y disputas al Estadio da Luz el domingo.

Cuando los dos gigantes portugueses se encuentran, jamás es solo un juego.

Cada quite, gota de sudor y segunda bola se disputa. La amargura entre ellos no ha disminuido con el tiempo.

Las historias sobre búsquedas policiales, correos electrónicos pirateados, espionaje, acusaciones de soborno e incluso médicos brujos han agregado combustible a las llamas. La atmósfera alrededor del «O Classico» nunca ha sido tan intensa.

En las últimas semanas, el fiscal del estado de Portugal acusó formalmente al Benfica de corrupción. El caso comenzó luego de que el director de comunicaciones del Porto, Francisco J. Marques, revelara una serie de correos electrónicos internos de sus rivales de Lisboa. Benfica ha dicho que una investigación confirmará que Porto pagó a un hacker en Budapest, Hungría, para robar sus correos electrónicos. Marques ha negado la acusación.

En un entorno de guerra como este, se necesitan muchas agallas para que alguien se mueva de un lado a otro. Aún así, algunos jugadores han sido lo suficientemente valientes como para hacerlo.

Rui Aguas, ex internacional con 31 apariciones, fue uno de los mejores delanteros de Portugal y máximo goleador de la Copa de Europa 1987-88, cuando Benfica llegó a la final. Su padre, José Aguas, también era una leyenda del club, por lo que nadie esperaba que firmara para el Porto.

Lo hizo de todos modos, y lamenta el cambio ese día.

A finales de los 80, el movimiento tenía sentido financiero. A pesar de ser un favorito para los fanáticos, Aguas se sintió frustrado por su salario en el Benfica, y cuando Porto le ofreció 11 veces lo que estaba haciendo en la capital, fue suficiente para atraerlo hacia el norte. El dinero hablaba, pero los aficionados tienen largos recuerdos.

Por más descabellado que parezca, a pesar de ser llamado un traidor, Aguas aún regresó al Benfica justo después de su período con el Porto y tuvo una de las mejores temporadas de su carrera. Sin embargo, aún no fue suficiente para recuperar a los fanáticos.

Otro caso, Joao Manuel Pinto, un sólido defensa central, ganó cuatro títulos de liga consecutivos con el Porto en los años 90 antes de traspasarse al sur al Benfica en 2001.

Los resultados internacionales de Portugal en el pasado no siempre fueron útiles debido a la atmósfera hostil entre quienes representaban al rojo del Benfica y el azul y el blanco del Porto.

Si se compara con el equipo nacional actual, la atmósfera en el vestuario es muy diferente debido a un detalle fundamental. En el pasado, todos jugaban para equipos portugueses y lidiaban con esta rivalidad a diario. Hoy en día, la mayoría de los jugadores juegan en el extranjero.

Dentro del bus de la selección nacional, los jugadores del Benfica solían sentarse en la parte delantera, el Porto en la parte de atrás y los futbolistas del Sporting CP y otros equipos en el medio. Tampoco compartían la misma mesa para las comidas. A pesar de todo esto, se respetaban mutuamente y se llevaban bien durante las fases de los Mundiales. Sin embargo, es difícil para un equipo tener éxito bajo ese entorno.

El resurgimiento del Porto en el fútbol coincidió con la llegada de Jorge Nuno Pinto da Costa y José María Pedroto como director y entrenador, respectivamente, a fines de los años setenta.

Vencer a Lisboa se convirtió en la motivación principal del club.

Pedroto es famoso por decir: «un trofeo ganado por el Porto vale dos veces o más que los de los equipos de Lisboa». Es responsable de poner fin al llamado «complexo da ponte» (complejo de puentes), una frase que implica que Porto comenzó a perder juegos en el momento en que cruzaron el río Duero para jugar en Lisboa.

A pesar de ser acusado formalmente de corrupción y luego ser absuelto, Pinto da Costa sigue siendo el presidente del Porto luego de tres décadas.

Una figura controvertida, el señor de 80 años ha supervisado la mayoría de los títulos en el fútbol mundial como presidente de un club y, después de todo este tiempo, no se ha ablandado ni un poco en su batalla contra Lisboa.

En el 2013, Pinto da Costa escuchó a Antonio Mexia, un ejecutivo de EDP (uno de los principales operadores de electricidad de Europa), quién argumentaba que un título nacional para Benfica ayudaría a aumentar el PBI del país. Furioso, rápidamente respondió que Porto buscaría un nuevo proveedor de energía.

El Porto luego decepcionó a Mexia y al Benfica al ganar el trofeo Primeira Liga en el 2012-13, con un gol crucial en el último minuto del Clásico en el penúltimo fin de semana de la temporada.

La economía de Portugal no parecía sufrir, y ahora el país ha sido anunciado como uno de los casos de mayor éxito económico de Europa.

Para bien o para mal, no hay límites cuando Benfica y Porto se encuentran, ni siquiera la economía se queda fuera de la discusión.

La última edición tendrá lugar el domingo y, como siempre, valdrá la pena seguirla, dentro y fuera del campo.

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