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HAY MOTIVOS PARA LA ILUSIÓN

Examen exigente el que le tocó a Perú ante la selección de Islandia debutante en la próxima copa del mundo en Rusia. Rival oportuno por ciertas similitudes en su propuesta con Dinamarca y Australia, rivales que encontrará d en el grupo C del mundial.

Es cierto que empezó ganando temprano la selección nacional con el sorpresivo gol de cabeza de Renato Tapia; pero rápidamente Islandia reaccionó trabajando bien en bloque para defender y para atacar,utilizando un fútbol directo, frontal, que abrevia el tránsito por la mitad de la cancha, pero que por elevación con los pivoteos ofensivos y los remates de media distancia, hizo daño.
Para este encuentro Gareca utilizó un doble punta de lanza con Farfán viniendo desde más atrás y Ruidíaz metido como punta y logró, solo por ratos en el primer tiempo, asociar a sus volantes ofensivos y delanteros y a los laterales que salían por su banda para generar situaciones de gol sobre todo a través de Jefferson Farfán. En cuanto al aspecto defensivo siempre hablando del primer tiempo, le faltó mayor despliegue en la mitad de la cancha a Edinson Flores en su función de contención junto a Tapia y definitivamente, en el juego aéreo, Islandia golpeó tanto en el gol – que supuso el empate y en el que Cáceda algo más pudo hacer -, como en otras acciones en las que los europeos desperdiciaron ocasiones. En la primera etapa sobre todo, Perú otorgó facilidades a los lanzadores del rival y ello complicó a todo el bloque defensivo.

En el segundo tiempo el partido dio un vuelco drástico. Gareca acertó en correr a Farfán a la banda izquierda y en ubicar a Carrillo por detrás de Ruidíaz. Con ello, Perú amplió el frente del ataque y ganó en profundidad. Con mayor posesión de la pelota trasladándola en velocidad y a ras del piso, generó desequilibrios importantes y los goles que hicieron la diferencia. Primero vía Ruidíaz, con poco ángulo tras un pivoteo de Farfán y luego el propio Farfán, rematando dentro del área una pelota que rozó en un defensor y se tradujo en el 3-1. Y no solo mejoró Perú en su ataque sino que además, esa mayor posesión de la pelota, alivió la tarea defensiva. Mantuvo el cuadro de Gareca el control del partido y no pasó más apuros en el área propia.

Gira fructífera para la blanquirroja con dos victorias ante rivales calificados, pero en la que, más allá de los resultados mismos, por sobre todo, se logró consolidar aún más la idea colectiva de juego que pretende el comando técnico de Gareca. A tomarlo con humildad, a seguir trabajando paso a paso y partido por partido y a seguir enfocados en la tarea central que está en Rusia 2018. Repetimos lo dicho tras la victoria ante Croacia: este Perú promete.

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