MI PRIMERA SENSACIÓN ANTE EL GRUPO C QUE INTEGRA PERÚ
(Por Eddie Fleischman, desde Moscú).
El frío no se sintió. Cuando había que reportar desde exteriores bajo la nieve, sentí fascinación por la experiencia. Primera vez que me tocaba hacerlo a -15 grados Celsius de sensación térmica. Y claro, es imposible no ser fríos en esta primera mirada. Me gusta el grupo. Creo que garantizará buenos partidos. Es bueno ver el grupo sin el pasaporte en mano. Con cabeza fría. Francia es potencia, llena de jugadores de altísimo nivel técnico, físico y táctico, con una excelente combinación de experiencia y con una juventud cada vez más precoz entre sus futbolistas de máxima competencia. Un entrenador ganador, de carácter, que contribuye a darle funcionamiento y automatismos del más alto nivel a su selección y con la convicción, lo vi en su mirada, de íntimamente perseguir a Beckenbauer. Campeón como capitán de su selección y como técnico de la misma. Francia va por el título.
Dinamarca es escuela de buen juego. Cree en el fútbol elaborado, lo practica, sigue la convicción y el estilo que marcaron Morten y Jasper Olsen; la zurda excepcional de Soren Lerby, la bruja, el rubio desgarbado pero de técnica depurada y visión estupenda del juego; la gambeta elegante y el cambio de ritmo imparable de los Laudrup, ambos con su momento de gloria al igual que el sensacional Preben Elkjaer Larsen, un Icarus, aquellos buses articulados, que podían serpentear y a la vez ser implacables, letales, o por ejemplo, la capacidad de recorrer toda la banda y ser desequilibrante en zigzag y potencia, como Frank Arnesen; pues así eran aquellos integrantes del equipazo que endosó un marcador de tenis a Uruguay, 6-1 en México 86 o aquel que, a punta de eficiencia, conformó un equipo sobre la hora, trayendo a sus jugadores de sus vacaciones y afrontando la Euro 92 en Suecia en sustitución de la sancionada Yugoslavia y para terminar siendo campeona del continente de forma brillante, con un Brian Laudrup extraordinario. Esa Dinamarca sedujo y ésta busca lo mismo, pero no encuentra a todos los ejecutores para ello, aún y tiene carencias para estar en el primer escalón.
Es bueno competir contra equipos así, que proponen, que obligarán al equipo de Gareca a pegar otro salto cualitativo en sus «horas de vuelo». Jugar un mundial otorga la oportunidad única de aprender y crecer. Y Perú tiene como hacerlo bien, ante ambos y también ante la dura y cada vez más experta Australia. Que tiene como rutina competir en una confederación emergente y pujante como la asiática. Por supuesto con futbolistas de otra categoría que Nueva Zelanda, si acaso Ud por casualidad hizo la comparación.
Noté a Gareca contento, entusiasmado, consciente de una dificultad que lo moviliza hacia retos más ambiciosos. El grupo C obliga a Perú a seguir aprendiendo y seguir creciendo. Nos vendrá muy bien este mundial. El salto cualitativo de Perú, sea cual sea el resultado cuantitativo, es lo más importante del hermoso reto que tiene al frente. Vamos Perú. A seguir creciendo. A competir cada vez mejor y seguir la costumbre reciente de tener determinación para ganar y levantar resultados ante la adversidad. Claro que nos viene muy bien Rusia 2018.