ESTE DURO 8 DE DICIEMBRE (I)
ESTE DURO 8 DE DICIEMBRE (I)
A 30 años del fatídico Fokker
A las 7:20 am en Lima, día feriado, el 8 de Diciembre del año ’87, mi hermano me despertó con la noticia que recién había escuchado en informativos matutinos: el avión Fokker en que volvía Alianza Lima de su último triunfo en Pucallpa y que lo ubicaba líder del torneo, había desaparecido en el fondo del mar de Ventanilla, a pocos kilómetros de nuestro aeropuerto. Viajaba allí, toda la plantilla convocada para el encuentro, el comando técnico que encabezaba el único entrenador mundialista peruano, Marcos Calderón, el equipo arbitral y buena cantidad de hinchas aliancistas.
Solo sobrevivió el piloto Edilberto Villar, del cual prácticamente no se supo nunca más nada, lo que desató un misterio y decenas de historias no confirmadas en torno al fatídico episodio.
En aquel vuelo, entre muchos otros, falleció José Gonzales Ganoza, portero que atravesaba por su mejor momento, que había destacado en la Copa América de Argentina en aquel año y que circunstancialmente, era hermano de la señora madre de Paolo Guerrero. Fecha que quedó marcada con un listón negro en la memoria y los corazones de todo un país que lloró -colores de camiseta al margen- la pérdida de una muy promisoria nueva generación de futbolistas talentosos. Para este servidor el golpe fue avasallador. Tenía la misma edad que la mayoría de ellos, unos 20 o 22 años, había enfrentado a más de uno en partidos de práctica, cuando aún corríamos las canchas a nivel siempre amateur. Recuerdo sufrir en la cancha, el talento de Escobar, Casanova, Bustamante, Garretón, Chamochumbi, entre otros.
El Perú nunca más olvidó esta fecha, no pudo saber realmente lo sucedido y los pormenores del accidente; pero tampoco ha renunciado al intento de conocerlos y año tras año, los esfuerzos periodísticos por dar luces al respecto, renacen infructuosamente.