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EL GUERRERO ESTÁ DE REGRESO

Por: Eddie Fleischman

La gran noticia de los últimos días para el fútbol peruano fue el retorno de Paolo Guerrero por todo lo alto a la actividad profesional marcando el gol del triunfo del Inter de Porto Alegre por la semifinal del torneo estadual de Río Grande do Sul. No solo fue una reaparición auspiciosa sino que además, a diferencia de otros momentos durante el último año y medio, esta vez no hay más incertidumbre, la sanción se cumplió en su totalidad y es irreversible el retorno del atacante nacional. En su vuelta Paolo Guerrero demostró que es un gran profesional. Llegó en impecables condiciones físicas a la fecha indicada y no ha perdido sus enormes cualidades futbolísticas. De hecho, el gol de cabeza que marcó es una lección de timing y de técnica de golpeo al balón con la frente y los ojos bien abiertos para ubicar la pelota en la escuadra. Inmejorable. Más aún si a ellos le sumamos el estupendo y determinante doblete para la victoria de «los colorados» sobre Palestino en Libertadores. Este retorno sin embargo, ya pasó y es momento quizás de sacar conclusiones con respecto a lo que puede venir para la selección. Sin Guerrero, digámoslo claramente, se sufrió un gran déficit ofensivo, sobre todo después del mundial. En el camino Gareca utilizó a Farfán en su posición y, es definitivo, fue quien mejores respuestas ofreció. Se intentó también con Ruidíaz, Da Silva y Yordi Reyna pero, seamos francos también, ninguno se acerca ni remotamente a lo que ofrece Paolo. Y entonces viene la doble lectura: será muy importante y saludable que se pueda contar otra vez con el mejor delantero peruano durante la Copa América y el inicio de las eliminatorias y ello le permitirá a Gareca dormir más tranquilo, a la luz de las opciones que su presencia le devuelven; no obstante y por otro lado, persiste la preocupación por lo que vendrá en la era post Jefferson y Paolo. No se vislumbra en el horizonte a ningún jugador todavía que pueda considerarse un sustituto a la altura de los mencionados siquiera para un mediano plazo. Estos 14 meses de ausencia de Guerrero ofrecieron, por obligación, la gran oportunidad de probar y constatar una dolorosa realidad. Cuando el paso inexorable del tiempo obligue al cambio generacional, nos encontraremos con un escalofriante vacío ofensivo. Es una lástima, los clubes pueden comprar gol, las selecciones deben fabricarlo en sus países. Y en ese aspecto, la producción de los clubes locales es casi inexistente.

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