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CÓMODA LA U, PAUPÉRRIMO BOYS: 4-0

Por: Eddie Fleischman

En otros tiempos habría generado una expectativa mucho mayor y probablemente habría tenido más público en las tribunas. Y es que se trata de un duelo tradicional, aunque el desigual presente de ambos le quite ahora buena dosis de emoción. Universitario sin hacerse problemas y con un fútbol práctico que fue encontrando a partir del minuto 20 del primer tiempo, superó casi sin transpirar a Sport Boys del Callao por 4-0.

No sorprende el marcador por el pésimo presente rosado. Un cuadro que no gana desde 2 partidos antes de terminar la temporada 2018 y que ya sumó 10 en la presente sin sumar 3, ocupando por amplio margen el último lugar y siendo serio candidato a perder otra vez la categoría.

En ciertos pasajes, no se puede negar, los porteños le plantaron cara a los cremas, pero todo no pasaba por un juego más efectista que efectivo, sin contundencia alguna, con una alarmante carencia de gol. De hecho, en 10 fechas Sport Boys ha convertido solo una vez. 
En cambio la U llegando poco hizo daño aunque con algo de suerte por ese remate de Cabanillas que iba afuera y que Tejada desvió al fondo de su arco. Con el 1-0 se cerró el primer tiempo y en la segunda fracción asomaron todas las descompensaciones, ingenuidades, desorden, desánimo y desconcierto del colero. Intentando atacar masivamente, pero regresando mal a su zona defensiva, quedando siempre expuesto ante la simpleza del toque y manejo de espacios del cuadro local, los goles fueron cayendo como caramelos. La U, sin encontrar mayor oposición, armó contrataques y dispuso de abundantes situaciones. La goleada se terminó de estructurar a partir de la movilidad permanente de Hohberg como referente de área, para provocar el penal que Vasquez transformó en el 2-0 y convertir, él mismo de cabeza ya metido como punta ante la ausencia obligada de Denis, el 3-0 culminando un ataque bien estructurado y en el que los merengues dispusieron de amplios espacios. Fue finalmente y con una «misilera» que seguía hundiéndose que llegó el póker a través del recién ingresado Gary Correa desde fuera del área tras un blooper del portero Ortiz. El 4-0 pudo ser aún mayor si consideramos un grosero error arbitral para anular otro gol de Cabanillas por una presunta posición adelantada que no existió.

Para los cremas, vale la victoria para crecer en moral y ubicarse terceros en la tabla, para los rosados es la ratificación de que si la cabeza -léase su improvisada e inexperta dirigencia- anda mal, el cuerpo -la conducción técnica y la plantilla- no pueden ejecutar bien. Lástima por el cuadro porteño. Anda en una caída libre de la cual le será muy complicado emerger y todo parece indicar que en el 2020 jugará otra vez en segunda.

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